lunes, 1 de abril de 2013

Los campeones ATP y WTA

PEREIRA -- El colombiano Santiago Giraldo (90°) derrotó al chileno Paul Capdeville (172°) por 6-2 y 6-4 y se consagró campeón del Challenger de Pereira, que se jugó sobre polvo de ladrillo y repartió 50.000 dólares en premios.
Santiago Giraldo
EFE Giraldo logró en Pereira su octavo título de Challenger
Giraldo, cabe destacar, de esta manera consiguió su octavo título en Challenger. Paradójicamente su última conquista había sido también en Pereira, en 2010, su ciudad natal. Además el colombiano suma cuatro festejos en torneos Future.
El colombiano, vale decir, se valió de una gran efectividad en el primer servicio (80%) y de cuatro quiebres (en 11 oportunidades) para celebrar la victoria luego de una hora y 14 minutos de acción.
Giraldo, que venía de vencer en semifinales al brasileño Joao Souza terminó redondeando una gran semana en la que sólo dejó un set en el camino, en cuartos de final ante el ruso Teymuraz Gashvili.
La consagración, además, le dará al colombiano un buen envión de cara a la concentración de equipo de la Copa Davis que el próximo fin de semana se enfrentará a Uruguay, por la segunda ronda del Grupo I de la Zona Americana.
El equipo, que completan Alejandro Falla, Robert Farah, Juan Sebastián Cabal y Alejandro González, se concentrará en Cúcuta, sede de la serie que se llevará a cabo sobre canchas duras.
Por su parte, Capdeville también llegará con un buen síntoma a la serie de Davis ante Ecuador, en Manta, luego de su sólida semana, coronada con el gran triunfo ante el italiano Paolo Lorenzi (59°) en semifinales.

WTA Miami
Getty Images
MIAMI -- Indomable. Serena Williams dio vuelta un gran partido ante Maria Sharapova y se consagró campeona del WTA Premier Mandatory de Miami por sexta vez en su carrera; récord para la historia del torneo, 48° trofeo para la colección y segundo en el año (Brisbane, el otro).
La estadounidense se impuso por 4-6, 6-3 y 6-0 en dos horas y ocho minutos, en una final que la vio de ir menor a mayor, sufriendo en un principio la consistencia de la rusa pero luego desplegando toda su fuerza dentro de la cancha.
Es que el primer tramo del partido mostró a la N°1 del mundo más cercana a la que muy cerca estuvo de perder con Cibulkova en octavos de final; en efecto, aquel escenario se repitió este domingo: set y quiebre abajo, más errores que tiros ganadores...
Sharapova aprovechaba esa irregularidad, le robaba una manga a Serena por primera vez desde Charleston 2008 (sí, cinco años y seis enfrentamientos después) y veía acercarse la primera corona en Miami, luego de perder cuatro finales en el pasado (las últimas dos, de manera consecutiva).
Pero para vencer a Serena hay que noquearla varias veces. La rusa la tuvo contra las cuerdas; no alcanzó. La menor de las Williams resurgió ofreciendo su mejor versión, esa que sufrió Agnieszka Radwanska (campeona en 2012) en semifinales.
La N°1 redujo la cuota de errores no forzados, comenzó a encontrar más espacios con sus golpes, recuperó el quiebre de distancia y ya a partir de allí dominó la historia. Sharapova no volvería a ganar un solo juego en todo el partido. De 6-4, 3-2 y saque a 4-6, 3-6, 0-6.
Sí, diez games consecutivos conquistó Serena para remontar la cuestión. Pudo perderlo; lo ganó con autoridad. Una estadística es contundente: Sharapova debió lidiar con siete chances de quiebre. No salvó ninguna. Por instancia y por rival, demasiada licencia.
Así, decíamos, la norteamericana se convirtió en la campeona récord de Miami, donde ya se había consagrado en 2002, 2003, 2004, 2007 y 2008. Superó a la alemana Steffi Graf, dueña de cinco cetros de Key Biscayne.

MIAMI -- "No se pueden ganar todos los torneos, pero siempre y cuando se dé una oportunidad hay que estar preparado para hacerlo. Yo lo he hecho bien hasta ahora en el año", resaltaba antes de comenzar el certamen. Y la verdad, en Miami, lo cumplió a rajatabla. Tras la rápida eliminación de Djokovic y las ausencias de Federer y Nadal, Andy Murray vio su chance y no lo dudó. Terminó levantando la copa de campeón y, de yapa, volvió al número dos del mundo después de cuatro años.
El triunfo de Murray en Key Biscayne además se dio sobre una situación particular, lo cual le da un poco más de valor. El escocés no está mostrando su mejor nivel. "Espero jugar un poco mejor que en Indian Wells", explicaba a su llegada al este estadounidense, donde ya había festejado en 2009. Sin embargo no pudo cumplir en plenitud con su deseo. Así y todo, con la jerarquía de su tenis, pudo sacar adelante cada uno de sus partidos, a pura estrategia y aprovechando sus momentos para hacer la diferencia. Eso, sin dudas, es un plus que sólo tienen los ganadores.
"Ninguno de los dos jugó bien. Hubo un montón de altibajos y errores", reconocía el británico tras la final ante Ferrer, en la que salvó un match point. Pero bien podría haber sido una frase dicha detrás de la mayoría de cada una de sus victorias en Crandon Park, donde derrotó sucesivamente al australiano Bernard Tomic, al búlgaro Grigor Dimitrov, al italiano Andreas Seppi, al croata Marin Cilic, al francés Richard Gasquet y al propio Ferrer.
Como se puede ver, el camino de Murray al título no fue sencillo en cuanto a nombres propios. Jugó ante cinco preclasificados -dos de ellos top 10- y ante un rival peligroso, como Tomic, que tuvo un gran inicio de año y amenaza con avanzar en el ranking cuando controle sus emociones. Apenas Gasquet, mostrando un juego exquisito en el primer set, le pudo sacar un parcial previo a la final. La otra manga dejada en el camino por el escocés, por supuesto, fue ante Ferrer, luego de un concierto de errores y algunos problemas físicos.
Murray, de esta manera, sumó en Miami su segundo título del año. Ya había festejando en Brisbane, en su apertura de la temporada. Además hizo final en el Abierto de Australia y cuartos de final en Indian Wells. Suma 26 coronas, nueve de ellas en Masters 1000, donde no ganaba desde Shanghai 2011. Además, cuenta con un récord de 19 triunfos y dos derrotas en 2013 y está a un par de festejos de llegar a su victoria 400 en el circuito ATP.
De yapa, este escocés que junto a Ivan Lendl como coach se pudo sacar las ganas de conseguir su primer título en Grand Slam (US Open 2012) y además ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres, volvió al número dos del mundo -relegando a Federer- luego de su fugaz paso de tres semanas durante agosto de 2009. Ahora, sin grandes actuaciones para defender hasta la final de Wimbledon (hizo QF en Roland Garros, Monte Carlo y Barcelona), empieza a soñar con descontar los más de 3500 puntos que lo separan del N° 1. Le sobra tenis.

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