martes, 14 de mayo de 2013

Grigor Dimitrov la estrella naciente y su futuro


Es la nueva gran figurita, el nombre de moda. Es una estrella con luz propia, que venía amenazando y ahora va concretando, de a poco, esa promesa que tanto insinuaba. Todavía no es top-ten, pero Grigor Dimitrov tiene toda la pinta para llegar a serlo. Inclusive, muchos ya tildan al talentoso búlgaro de futuro Nº 1. El jueves cumple 22 años, goza de su mejor posición en el ranking mundial, al ser 26º, y viene de ganarle al rey, el serbio Novak Djokovic, en Madrid. Justamente, en la capital española, este joven tan similar al suizo Roger Federer por estilo de juego dio un impacto doble, ya que se confirmó que es el novio de la rusa Maria Sharapova.

¿Qué más? Si a ese tenis dúctil, versátil, moderno y agresivo algo le hacía falta para ser más conocido no sólo se trataba de conseguir su primera victoria imponente sino también de aparecer en todo tipo de publicaciones en el mundo entero por ser el que le robó el corazón a la diva siberiana. Y ella, líder en marketing, reciente embajadora de Porsche, dio la nota al regalarle un coche de lujo de esa firma a su querido Grigor. Igual, este hijo único criado en una familia de deportistas prefiere trascender por sus triunfos y no por su relación con Maria ni siendo ya más tildado de "Baby Federer".

Con altibajos, sumando alegrías y decepciones, Dimitrov se fue abriendo paso en el circuito mayor de la ATP. Ya quedaron atrás sus títulos de campeón Sub-18 en Wimbledon y el US Open, llegando a ser Nº 1 junior, y las conquistas de seis Futures y cuatro Challengers que le reportaron puntos e ilusiones entre los profesionales. El oriundo de Haskovo es la nueva estrella de un país sin tradición tenística, que nunca participó en la elite del Grupo Mundial de la Copa Davis, por ejemplo. Y hasta allí quiere llevar este fanático de los automóviles y los relojes a su Bulgaria. El mismo que idolatra a Federer y que no deja de acaparar elogios por parte de la "crema" del tenis.

 
      Tan joven y ya le hacen homenajes como a Federer, Nadal o Djokovic

Su carrera no tuvo ese salto de calidad de grandes prodigios y, de hecho, si bien ya está por embolsar un millón y medio de dólares en premios oficiales, todavía no pudo superar la segunda rueda en ninguno de los cuatro Grand Slam (disputó 10). El de Dimitrov se trata de un caso muy especial, ya que atrapa fanáticos con facilidad por su extrema similitud con la propuesta vistosa de Federer. Ese es el plus de su imagen, siendo el tenista más parecido que hay al considerado por la mayoría como el mejor de la historia. Es una ventaja y, a la vez, puede resultar un "boomerang" para él, ya que es un "pichón" de crack y todavía tiene mucho por aprender y crecer.

Con mucha sensibilidad en la mano, notoria facilidad para moverse en la cancha pese a su 1,88 metro y una envidiable calidad para pegar los diferentes golpes, Dimitrov está llamado a ser un supercampeón. Eso es innegable, al punto de que el propio Federer y Djokovic hablaron muy bien de él y también lo hizo Rafael Nadal, admitiendo el español las llamativas semejanzas del juego del búlgaro con el del suizo, al que se nota que copió en su etapa formativa. El sueco Peter Lundgren, que supo entrenar a Federer y a Dimitrov, dijo que el búlgaro, a los 17 años, era "mejor que Roger a su edad".

Esta joven sensación del circuito ATP acepta la comparación pero ya quiere, de una vez por todas, que se lo valore por sus aptitudes personales. "Obvio, tenemos parecidos y eso me halaga; de hecho me pareció divertido al principio. Pero con el tiempo me di cuenta de quién soy y no tiene nada que ver con otra persona. Estoy tratando de construir mi propio estilo. Creo que eso es lo que todos van a terminar viendo", expresó con firme personalidad. Claro que su derecha, ese gran revés a una mano y los golpes a la carrera son un fiel reflejo del tenis de Federer, como la tendencia a jugar casi de sobrepique.

Grigor Dimitrov
El revés a una mano es el golpe
 favorito de Grigor Dimitrov, el nuevo héroe de
  Bulgaria
El del búlgaro es un estilo clásico adaptado a la velocidad de los tiempos actuales y por su similitud con Federer ya está en boca de todos en el mundo de la raqueta desde antes de haber puesto en jaque a los monstruos y de esta victoria sobre Djokovic. Por eso, debe saber entender que tampoco puede sentirse "cansado", como ya reconoció, por la inevitable referencia al suizo. De a poco, Dimitrov se sigue abriendo paso, sin quemar etapas. En estos años empezó a sumar valiosos éxitos, pero le faltaba el famoso "click" mental para terminar de creérsela, en el buen sentido. Lo concretó contra Djokovic, supo definir, y ahora llega la etapa de tratar de empezar a repetir esos triunfos y de escalar más en los torneos, logrando esa siempre deseada alta regularidad.

Es sin dudas 2013 el año de su despegue, al punto de que lo empezó trepando a su hasta aquí única final de ATP, en Brisbane, donde perdió con el escocés Andy Murray. Después sufrió tres caídas en debuts, hasta que hizo semi en Rotterdam, cediendo ante el argentino Juan Martín del Potro, luego campeón. Y luego vinieron tres Masters 1000 seguidos con despedidas ante rivales top-5 y dando pelea, como le pasó contra Djokovic en Indian Wells, con Murray en Miami y ante Nadal en Monte Carlo. Fue el preámbulo de lo que llegaría poco después en Madrid.

Vale la pena un paréntesis, para citar que en Monte Carlo se dio el gusto de acceder por primera vez a los cuartos de final en un Masters 1000. Pero queda en evidencia que en la capital española dio el gran golpe que necesitaba para su autoestima y para ser tenido más en cuenta todavía, ya que le ganó a Djokovic imponiendo su drive, con un saque preciso y muchas variantes, como algunos drop-shots muy sorpresivos de revés, cruzados, que dejaron inmóvil al serbio. Cuando ya muchos esperaban verlo en la final, su aventura en la arcilla madridista tuvo un abrupto desenlace al caer al partido siguiente, en octavos, con Stanislas Wawrinka, el "otro" suizo, ahora otra vez top-ten.

 Por eso, el nuevo y mayúsculo desafío que se le presenta es el de empezar a ratificar este progreso con constancia y sin que le tiemble el pulso. Se trata de un jugador impredecible, que cuenta con un abanico de opciones para elegir y ejecutar, que lo potencian y a la vez le dan más confianza, en especial en sus predilectas canchas rápidas. Un gran ejemplo es ese revés a una mano -su tiro favorito-, que cuando le imprime top-spin y lo pega de forma paralela ya les está causando dolores de cabeza a sus rivales.
Los paparazzis haciendo de las suyas
Dirigido por el trío sueco que forman Mikael Tillström, Magnus Norman y Nicklas Kulti, en este nuevo top-30 se depositan las esperanzas de Bulgaria de ser noticia en la Copa Davis. Dimitrov ya disputó 12 series desde que se hizo profesional en 2008 y es el abanderado de un país cuyo segundo jugador, Alexander Lazov, aparece recién 470º en el ranking. Su paso por Madrid le dio esa fe clave y admitió que "sólo con el talento no llegan las victorias; sí es algo que ayuda a ganar partidos". Es que el novio de Sharapova tuvo la mentalidad positiva para no ceder pese a los calambres que padeció ante Djokovic, siguió y supo definirlo. Una nueva estrella ya está entre nosotros. A disfrutarlo.

No nos gusta el chisme, pero en esta oportunidad les dejamos la noticia por parte de un Diario argentino

Aca otro enlace pero en ingles y bastantes fotos

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