Es la nueva gran figurita, el nombre de moda. Es una estrella con luz
propia, que venía amenazando y ahora va concretando, de a poco, esa
promesa que tanto insinuaba. Todavía no es top-ten, pero Grigor Dimitrov
tiene toda la pinta para llegar a serlo. Inclusive, muchos ya tildan al
talentoso búlgaro de futuro Nº 1. El jueves cumple 22 años, goza de su
mejor posición en el ranking mundial, al ser 26º, y viene de ganarle al
rey, el serbio Novak Djokovic, en Madrid. Justamente, en la capital
española, este joven tan similar al suizo Roger Federer por estilo de
juego dio un impacto doble, ya que se confirmó que es el novio de la
rusa Maria Sharapova.
¿Qué más? Si a ese tenis
dúctil, versátil, moderno y agresivo algo le hacía falta para ser más
conocido no sólo se trataba de conseguir su primera victoria imponente
sino también de aparecer en todo tipo de publicaciones en el mundo
entero por ser el que le robó el corazón a la diva siberiana. Y ella,
líder en marketing, reciente embajadora de Porsche, dio la nota al
regalarle un coche de lujo de esa firma a su querido Grigor. Igual, este
hijo único criado en una familia de deportistas prefiere trascender por
sus triunfos y no por su relación con Maria ni siendo ya más tildado de
"Baby Federer".
Con altibajos, sumando alegrías y
decepciones, Dimitrov se fue abriendo paso en el circuito mayor de la
ATP. Ya quedaron atrás sus títulos de campeón Sub-18 en Wimbledon y el
US Open, llegando a ser Nº 1 junior, y las conquistas de seis Futures y
cuatro Challengers que le reportaron puntos e ilusiones entre los
profesionales. El oriundo de Haskovo es la nueva estrella de un país sin
tradición tenística, que nunca participó en la elite del Grupo Mundial
de la Copa Davis, por ejemplo. Y hasta allí quiere llevar este fanático
de los automóviles y los relojes a su Bulgaria. El mismo que idolatra a
Federer y que no deja de acaparar elogios por parte de la "crema" del
tenis.
Tan joven y ya le hacen homenajes como a Federer, Nadal o Djokovic
Su carrera no tuvo ese salto de calidad de
grandes prodigios y, de hecho, si bien ya está por embolsar un millón y
medio de dólares en premios oficiales, todavía no pudo superar la
segunda rueda en ninguno de los cuatro Grand Slam (disputó 10). El de
Dimitrov se trata de un caso muy especial, ya que atrapa fanáticos con
facilidad por su extrema similitud con la propuesta vistosa de Federer.
Ese es el plus de su imagen, siendo el tenista más parecido que hay al
considerado por la mayoría como el mejor de la historia. Es una ventaja
y, a la vez, puede resultar un "boomerang" para él, ya que es un
"pichón" de crack y todavía tiene mucho por aprender y crecer.
Con
mucha sensibilidad en la mano, notoria facilidad para moverse en la
cancha pese a su 1,88 metro y una envidiable calidad para pegar los
diferentes golpes, Dimitrov está llamado a ser un supercampeón. Eso es
innegable, al punto de que el propio Federer y Djokovic hablaron muy
bien de él y también lo hizo Rafael Nadal, admitiendo el español las
llamativas semejanzas del juego del búlgaro con el del suizo, al que se
nota que copió en su etapa formativa. El sueco Peter Lundgren, que supo
entrenar a Federer y a Dimitrov, dijo que el búlgaro, a los 17 años, era
"mejor que Roger a su edad".
Esta joven sensación
del circuito ATP acepta la comparación pero ya quiere, de una vez por
todas, que se lo valore por sus aptitudes personales. "Obvio, tenemos
parecidos y eso me halaga; de hecho me pareció divertido al principio.
Pero con el tiempo me di cuenta de quién soy y no tiene nada que ver con
otra persona. Estoy tratando de construir mi propio estilo. Creo que
eso es lo que todos van a terminar viendo", expresó con firme
personalidad. Claro que su derecha, ese gran revés a una mano y los
golpes a la carrera son un fiel reflejo del tenis de Federer, como la
tendencia a jugar casi de sobrepique.
El revés a una mano es el golpe
favorito de Grigor Dimitrov, el nuevo héroe de
Bulgaria
|
El del búlgaro es un estilo clásico adaptado a la velocidad de los
tiempos actuales y por su similitud con Federer ya está en boca de todos
en el mundo de la raqueta desde antes de haber puesto en jaque a los
monstruos y de esta victoria sobre Djokovic. Por eso, debe saber
entender que tampoco puede sentirse "cansado", como ya reconoció, por la
inevitable referencia al suizo. De a poco, Dimitrov se sigue abriendo
paso, sin quemar etapas. En estos años empezó a sumar valiosos éxitos,
pero le faltaba el famoso "click" mental para terminar de creérsela, en
el buen sentido. Lo concretó contra Djokovic, supo definir, y ahora
llega la etapa de tratar de empezar a repetir esos triunfos y de escalar
más en los torneos, logrando esa siempre deseada alta regularidad.
Es
sin dudas 2013 el año de su despegue, al punto de que lo empezó
trepando a su hasta aquí única final de ATP, en Brisbane, donde perdió
con el escocés Andy Murray. Después sufrió tres caídas en debuts, hasta
que hizo semi en Rotterdam, cediendo ante el argentino Juan Martín del
Potro, luego campeón. Y luego vinieron tres Masters 1000 seguidos con
despedidas ante rivales top-5 y dando pelea, como le pasó contra
Djokovic en Indian Wells, con Murray en Miami y ante Nadal en Monte
Carlo. Fue el preámbulo de lo que llegaría poco después en Madrid.
Vale
la pena un paréntesis, para citar que en Monte Carlo se dio el gusto de
acceder por primera vez a los cuartos de final en un Masters 1000. Pero
queda en evidencia que en la capital española dio el gran golpe que
necesitaba para su autoestima y para ser tenido más en cuenta todavía,
ya que le ganó a Djokovic imponiendo su drive, con un saque preciso y
muchas variantes, como algunos drop-shots muy sorpresivos de revés,
cruzados, que dejaron inmóvil al serbio. Cuando ya muchos esperaban
verlo en la final, su aventura en la arcilla madridista tuvo un abrupto
desenlace al caer al partido siguiente, en octavos, con Stanislas
Wawrinka, el "otro" suizo, ahora otra vez top-ten.
Por
eso, el nuevo y mayúsculo desafío que se le presenta es el de empezar a
ratificar este progreso con constancia y sin que le tiemble el pulso.
Se trata de un jugador impredecible, que cuenta con un abanico de
opciones para elegir y ejecutar, que lo potencian y a la vez le dan más
confianza, en especial en sus predilectas canchas rápidas. Un gran
ejemplo es ese revés a una mano -su tiro favorito-, que cuando le
imprime top-spin y lo pega de forma paralela ya les está causando
dolores de cabeza a sus rivales.
Los paparazzis haciendo de las suyas |
Dirigido por el
trío sueco que forman Mikael Tillström, Magnus Norman y Nicklas Kulti,
en este nuevo top-30 se depositan las esperanzas de Bulgaria de ser
noticia en la Copa Davis. Dimitrov ya disputó 12 series desde que se
hizo profesional en 2008 y es el abanderado de un país cuyo segundo
jugador, Alexander Lazov, aparece recién 470º en el ranking. Su paso por
Madrid le dio esa fe clave y admitió que "sólo con el talento no llegan
las victorias; sí es algo que ayuda a ganar partidos". Es que el novio
de Sharapova tuvo la mentalidad positiva para no ceder pese a los
calambres que padeció ante Djokovic, siguió y supo definirlo. Una nueva estrella ya está entre nosotros. A disfrutarlo.
No nos gusta el chisme, pero en esta oportunidad les dejamos la noticia por parte de un Diario argentino
Aca otro enlace pero en ingles y bastantes fotos
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