miércoles, 5 de junio de 2013

Ferrer pre-semis contra Tsonga


Pisará mañana por primera vez en este torneo a la Pista Chatrier, y se le plantea la oportunidad de jugar también por primera vez, pero en toda su carrera, la final de Roland Garros y de un torneo de Grand Slam.

Pero no va a cambiar nada en mi vida, ocurra lo que ocurra. Seguiré entrenándome donde siempre lo hago, y seguiré con mi vida personal también del mismo modo que lo hago. No suelo pensar en lo que hay detrás de cada partido y cada oportunidad. Juego mi partido, hago mi rutina y no mucho más. Ayer me dí una vuelta por el Barrio Latino, por primera vez

Se combinarán contra usted el juego de Tsonga y la pasión que pondrá el público de la Philippe Chatrier tras el jugador francés. ¿Qué le parece?

El juego de Tsonga ya lo conocemos: rápido, agresivo. No recuerdo mucho de nuestra semifinal en el Masters de Bercy, en noviembre de 2012. Sólo eso, que todo pasó muy rápido. Ahora, a cinco sets siempre hay más tiempo para ir arreglando cosas. Tampoco pude ver el partido de Tsonga con Federer, pero sé que jugó bien, claro. Que el público le anime será lo más lógico. Pero a mí me gustaría tener esa presión y esa pasión detrás de mí. Me motivaría, me animaría. Intentaré tener máxima concentración en la pista. La voy a necesitar.

Tsonga viene sacando muy bien: 81% de puntos ganados a Federer con primer servicio, a una velocidad punta de 212 km/h

Su primer servicio es muy bueno. Y todo es más difícil cuando después engancha la derecha. Pero, si él saca mejor, yo también tendré que restar mejor y más adelante

¿David Ferrer nunca siente la presión de aspirar a grandes logros?

En eso nunca voy a cambiar la respuesta: no hago planteamientos a largo plazo. Presión siempre se siente, todos la sentimos. Lo que tengo claro es que estar aquí, en semifinales, ya es todo un reconocimiento a mi trabajo. Para eso juego yo. Hablamos de partidos de tenis. Yo no me más meto películas en la cabeza. El partido de Tsonga es un gran partido y es importante. Si lo gano, jugaré la final de Roland Garros. Hasta ahí puedo decir.

Cuando sale a jugar, ¿es como si la pista fuera su último santuario, el sitio donde aparece el verdadero Ferrer, dándolo todo?

No es para tanto. Mi vida personal siempre estará ahí, para mí. En la pista intento ausentarme un poco de todo y hacerlo lo mejor que sé. Cuando todo termina, lo que yo quiero es no tener nada que reprocharme.

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