De ser la N°20 del mundo, a jugar clasificaciones en torneos de 10 mil
dólares. Así de brusco resultó el volantazo en la carrera de Alisa
Kleybanova. La rusa, ganadora de dos títulos WTA y semifinalista en
dobles en el US Open 2009, disputó la última semana el ITF de
Landisville, Estados Unidos, certamen donde la máxima preclasificada fue
la boliviana María Fernanda Álvarez Teran, ubicada en el puesto 279.
Cediendo apenas un solo set entre qualy y main draw, Kleybanova hilvanó
ocho triunfos al hilo y se quedó con el título, traducido en 18 puntos y
1.440 dólares (perder en primera ronda de la clasificación de Roma
otorgaba casi dos mil).
Claro que esta historia
tiene unos cuantos puntos a destacar. En los últimos dos años, la rusa
apenas había participado de un torneo: Miami 2012. Su prolongada
ausencia, hasta entonces, obedecía a un impedimento médico: la
enfermedad de Hodking, un tipo de linfoma maligno que hace algunos meses
también se le diagnóstico al británico Ross Hutchins.
Realizado el tratamiento, Kleybanova volvió en Key Biscayne, pero, aun
avanzando una rueda, sintió que se encontraba muy fuera de ritmo
físicamente. "Estaba totalmente exhausta a mitad de partido", recordaba
en diálogo con el New York Times. Así, la europea decidió dar un nuevo paso al costado y dedicarse únicamente a entrenar.
Ya
sin puntos en la clasificación mundial, su vuelta se dio justamente
para poder mantener los requisitos de aplicación para el ranking
protegido (o especial, como lo llama la WTA). Manteniéndose activa, la
rusa dispondrá de ocho torneos para entrar como 22ª, aunque hoy su
nombre todavía no tenga ubicación asociada (cuando se le sumen los
puntos de Landsville quedará cerca del puesto 825). "No estoy en mi
mejor nivel, pero no tenía opción. De todas maneras es muy importante
volver a una cancha", reconoció según consigna el portal Lancaster Online.
Bajo ese incentivo, Kleybanova volvió al circuito ITF tras cuatro años y
medio, redebutando ante la 1.149ª. Y hay más: no jugaba un torneo de 10
mil dólares (el más bajo en la escala profesional) desde abril de 2004.
Un auténtico volver a empezar. El premio llegará más adelante, cuando
su primer paso lejos de los grandes torneos la devuelva al circuito
mayor. Será una nueva chance para que el título de su historia vuelva a
cambiar el pulso.
Jugar mejor vs. Ganar
Casi como si se tratara de un debate futbolero, Ernests Gulbis se descargó tras el intenso partido ante Rafael Nadal en octavos de Roma: "Creo haber sido el mejor jugador en cancha. Fui agresivo desde el primer punto. Él es un jugador muy sólido, pero no hizo nada especial. Yo cometí errores y así ganó, igual que en Indian Wells", dijo en conferencia. "Me da confianza para París, creo ser el no preclasificado más duro en el cuadro", agregó.
Pero lo que a Gulbis
lo motiva desde el juego, Nadal lo materializa en el resultado: "Si ser
el mejor implica pegarle a cada pelota a 220 kilómetros por hora,
bueno, él fue el mejor. Para mí ser el mejor tiene que ver con encontrar
soluciones ante el rival. Esto no es fútbol donde puedes hacer un gol y
refugiarte hasta ganar el partido", retrucó. "Gulbis es un gran jugador
-siguió-, pero necesita calmarse un poco. Durante el partido se la pasó
pidiéndole al juez que revisara marcas; yo nunca hago eso. No me gusta
su actitud en la cancha, pero bueno, cada uno es libre...".
Nueve años después se ve por primera vez fuera de los 400 del mundo. ¿Largas lesiones? No, sólo una serie de malos resultados en cadena. Y la confianza, por el piso. A horas de cumplir 29 años (los tendrá desde este martes 21 de mayo), el presente del checo Ivo Minar es impensado. En julio de 2009, antes de la sanción por doping que lo mantendría inactivo hasta marzo de 2010, estaba 62°. Hoy, con más de 230 escalones bajados en 2013, se encuentra recién en la ubicación 421°.
Y
eso, sin dudas, movió su calendario. No defender los puntos del título
del Challenger de Santos y las semifinales en San Pablo, en 2012, entre
otras cosas, lo hicieron bajar un escalón. Ahora su presente es en
Futures; y en las clasificaciones. La última semana, el ex 62° del mundo
en 2009 jugó la Qualy en Most y cayó en la primera ronda del main draw
ante el eslovaco Miloslav Mecir (hijo del ex N°4 del 88) por 2-6, 6-3 y
7-6 (6). Y ahora está jugando en Teplice, también desde la fase previa.
Pero
Ivo no baja los brazos. Sabe que no es sencillo el retorno a los
primeros planos, o por lo menos al top 100, pero la lucha desde abajo. Y
con una linda ilusión por delante: la Copa Davis. Sí, porque Minar fue
parte del grupo que le dio a su país el título de la Ensaladera por
primera vez en la historia. Es cierto, sólo jugó un partido en 2012, en
Buenos Aires ante Juan Mónaco y con la serie definida, pero dice
presente.
Estuvo también en la consagración ante
España y en las dos series de 2013, ante Kazajistán y Suiza (ingresando
por la ventana por la lesión de Radek Stepanek). Una especie de amuleto,
quizá. ¿Lo llamará el capitán checo Jaroslav Navratil para el choque
ante Argentina, en septiembre, en Praga?
"Quiero jugar ante Venus y ganarle", decía, con apenas 14 años, Laura Robson, a minutos de haberse consagrado campeona en Wimbledon Junior. Más allá de no haber podido con Paula Ormaechea en Buenos Aires por un lugar en el Grupo Mundial II, la temporada en polvo de la londinense de 19 eneros está siendo respetable, incluyendo victorias ante Agnieszka Radwanska (cuarta del ranking mundial) y Venus Williams, nada menos.
"Recuerdo que dije que le iba a ganar en una entrevista con la BBC
después de la final junior y mi madre me lo envió hace pocos días. Me
lo recuerdan como si me hubiera olvidado de haber dicho algo tan
estúpido", contaba sonriente, en conferencia de prensa, durante su
estadía en Roma luego de haber vencido a su ídola, ganadora de siete
torneos del Grand Slam, cinco de ellos en Wimbledon, justamente.
El
hecho se da semanas después de desvincularse de su entrenador, el
croata Zeljko Krajan, por lo que, oficialmente está sola, aunque con la
particularidad de que cuenta con la ayuda de la asociación de tenis de
su país y de su sponsor de indumentaria, que le brindan entrenadores, al
menos en forma temporaria. Así alcanzó este lunes el 35º lugar del
ranking WTA, el mejor de su carrera. Pero en Gran Bretaña afirman que la
elección de su próximo entrenador será determinante para conseguir
torneos grandes. El sueño de vencer a Venus ya está cumplido.
Viktor Troicki "se sacó" en Roma |
La postal más curiosa de la semana fue sin ningún tipo de dudas la explosión de Victor Troicki en segunda ronda. Enfurecido con un fallo, el serbio cruzó la red, le protestó airadamente al umpire, amenazó con retirarse y hasta arrastró a un camerman a que enfocara el pique de la discordia. Pero la escena resultaba todavía más singular puesto que su rival era nada más y nada menos que Ernests Gulbis, casi un fundamentalista en esto de hacer de su bronca un show.
Basta recordar lo hecho ante Juan Mónaco
en Monte Carlo, donde estrelló raquetas (una la terminó de romper ante
la silla del juez), aplaudió socarronamente algunos puntos y hasta
recibió un game de penalización.
¿Cuál fue la
reacción del letón? Ninguna, durante el partido. Se mantuvo al margen,
concentrado y acabó venciendo por un contundente doble 6-1. Pero ya con
el triunfo en el bolsillo reveló que no lo había "divertido" lo hecho
por el serbio. "Cuando yo me vuelvo loco, trato de no afectar al otro. Y
no me demoro demasiado. Viktor tardó, no sé, cinco minutos en calmarse.
Uno puede hacer bromas y un circo entero, pero debe ser breve...un
chiste a la vez", le dijo a la revista Sport Illustrated, ensayando, casi, una guía de cómo obrar en caso de una explosión de furia. Un Gulbis auténtico.
El mundo del tenis está poblado de historias de aeropuertos. Demoras, conexiones frustradas, vuelos cancelados. Incluso durante los últimos días tuvo lugar una huelga de los transportistas de equipaje en la misma Bruselas que esta semana recibe un torneo Premier de la WTA. Nadie está ajeno. O casi nadie. Es el caso de Andy Murray, que tras años de lidiar con aerolíneas y trámites engorrosos decidió contratar un jet privado para viajar de Madrid a Roma.
"A veces es importante
llegar lo antes posible para disponer del mayor descanso que se pueda.
Roger, Rafa y Novak lo vienen haciendo hace varios años. Hay una empresa
en particular que usan mucho los deportistas hoy en día. Básicamente
uno llama, plantea sus preferencias y te asignan un avión tan pronto
como sea posible", reveló con naturalidad el británico. "Es algo
suntuoso, sí, pero también necesario", agregó. Y no estuvo solo en su
aventura por los aires europeos: lo invitó al francés Jo-Wilfried
Tsonga. Lo que se dice un amigo...
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